La locura y la mosca


Termino de almorzar, pido permiso para levantarme de la mesa y subo volando a mi cuarto para jugar a lo que más me gusta cuando estoy solita. Yo actúo, soy la mejor actriz y me sé todas las escenas, y la mejor de todas es cuando el príncipe azul me rescata porque estoy en peligro de muerte. ¡Eso sí me gusta mucho! Pero tengo poco tiempo para actuar porque cuando aparecen mis hermanos me da vergüenza, ellos me miran y se ríen de mí.
Mi mamá sube un rato después y va al baño, después se asoma a la puerta para preguntarme si hoy también estoy segura que no dormiré la siesta. Digo que no con la cabeza y le prometo quedarme muy calladita dibujando y pintando.
Nunca supe por qué mi mamá me obligaba a dormir cuando había sol. Antes yo me hacía la dormida pero siempre me descubría porque decía que ella escuchaba todo, hasta el volar de una mosca, cosa que no entendí nunca porque en mi dormitorio no hay moscas.
Mi mamá desaparece y vuelvo a jugar a ser actriz hasta que los actores y el público se van a dormir la siesta y luego me siento a pintar porque también el príncipe azul se fue a dormir.
Frente a mi escritorio hay una silla con cinco maderitas en el asiento, pero dos están sueltas y cuando cenamos, mi mamá reniega con mis hermanos para que claven las maderas porque el ruido la vuelve loca. Eso tampoco lo entiendo bien y me asusta mucho porque yo no quiero que mi mamá se vuelva loca. Debe ser muy feo tener una mamá loca.
Dibujo y pinto muy tranquila y sin molestar y ni siquiera canto un poquito. Me arrimo al escritorio haciendo que la silla se vaya hacia adelante entonces las dos patas traseras quedan en el aire, después apoyo toda la silla en el suelo y las dos maderitas sueltas hacen un ruido gracioso al caer: tzac-tzac. Me arrimo hacia adelante y… tzac-tzac, y otra vez hacia adelante y… tzac-tzac. ¡Eso sí me gusta mucho! Me divierto tanto que me olvido que el ruido y la mosca que nunca vi vuelven loca a mi mamá.
De pronto escucho: “Luuupiii, traeme una maderita…”. Mientras levanto una de las maderas sueltas de la silla, llamo en silencio al príncipe azul para que me salve de esta situación peligrosa. Entro despacito en la habitación de mamá cerrando un poco mis ojos para ver mejor. Ella pide que me acerque a su cama, entonces me pega con la maderita en la cola. Me duele bastante pero aprieto mis labios para no llorar delante de ella y cuando vuelvo a mi habitación lloro mucho por la traición del príncipe azul que no me rescató.
No entiendo por qué mi mamá me pega, no sé si es porque se está volviendo loca o porque tal vez hay una mosca escondida en mi pieza a la cual yo nunca he visto volar.

Invierno 2002

Publicado en la revista literaria con voz propia nº 24
©Analía Pascaner
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14 comentarios:

  1. Analía: Hermosa redacción constada desde la perspectiva de una niña que sueña con la complicidad de un príncipe. Me gustó el final.
    Víctor Hugo Tissera

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  2. Analía, me parece original, la voz de la niña esta llena de ternura.
    Julio R. Hernández

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  3. Muchas gracias por sus conceptos, queridos Víctor y Julio, y agradezco el tiempo que tomaron para leer mi cuento.
    Un cariño
    Analía

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  4. Hola Analía, este cuento es conmovedor, al menos a mí me conmueve. Es tierno y cruel a la vez. Muestra como la mamá es el afecto inmenso y al mismo tiempo el temor más temido. La má nos dice los primeros "no", y los "no", duelen.
    Veo que tenés facilidad para las voces de niños, rarísimo, poco común, digo, trabajar la primera persona en la voz de un niño. No sé si leíste a Juan Rulfo, a mí me gusta mucho como escribe. Bueno, me recordaste a él, en algunos de sus cuentos de "el llano en llamas". Se nota que lees bastante, así que a lo mejor ya lo leíste, sino, te lo recomiendo. Por lo poquito que alcanzo a ver de vos, creo que te va a gustar.
    Saludos, Paulina

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  5. Querida Paulina:
    Agradezco tus palabras y el tiempo que tomaste para leer mi cuento.
    Un saludo cordial
    Analía

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  6. bello texto para ir más alla amiga mía.
    Un abrazo Gus.

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  7. Te felicito por el cuento como si hablara una nena.
    Saludos
    Martín

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  8. un cuento bien ubicado desde la mirada infantil, bravo!
    Pablo Fernandez

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  9. No sé si te lo dije antes, Analía, pero me encantó tu enfoque desde la niñez en La locura...
    Es má difícil la narración simple y flúida que la onda culturosa. Y se nota de qué lado estás.
    Un beso,
    Nolberto

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  10. Transcribo comentario realizado en el sitio web de la revista literaria con voz propia, el 25 de noviembre de 2008:


    Analía, querida amiga: Tu prosa es cautivante, inquieta, dinámica y nada estructurada. Qué lindo es conocerte a través de ella. Y gracias por tanto amor a la palabra escrita y hacia nosotros que siempre difundes nuestros versos. Dios te bendiga siempre. Te quiero, Víctor Hugo Tissera

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  11. Queridos Gustavo, Nolberto, Pablo, Martín
    Muchas gracias por sus conceptos y por su tiempo para leer mi cuento.
    Siempre estarás presente, mi querido Víctor.
    Mi cariño
    Analía

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  12. Apreciado Néstor:
    Muchas gracias por leer mi cuento. Me agrada saber que te gustó.
    Te felicito por la edición de tu nuevo libro, desde ya deseo que te colme de satisfacciones y recompensas, para vos y tu gente amada.
    Recién he visitado tu blog. Gracias por compartir tus textos.
    Nuevamente agradecida por pasar por aquí, te dejo un saludo cordial
    Analía

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  13. Analía, quisiera poder explicarte que leo tus cuentos, y hay tanta vida propia y ajena en las historias. Tanta dulzura en el relato dramático que me hace sentir muy cerca tuyo. Con el cariño de siempre.

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    1. Muchísimas gracias por tan elogiosos conceptos, querida Ada, y por tu tiempo para leer mi cuento.
      Un saludito cordial, que estés muy bien
      Analía

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Muchas gracias por detenerte a leer mis palabras.
Deseo hayas disfrutado de mis cuentos y relatos.
Un saludo cordial
Analía