Por unos minutos de magia…


¡Hay tantos globos en el patio! Toda mi casa está adornada porque hoy cumplo los seis. Me encantan las fiestas de cumpleaños y mis padres se esfuerzan por complacerme: me regalaron este vestido rojo que me queda precioso, la cocina está llena de comida y hay bolsitas con juguetes para repartir a mis amigos. Pero ¿la verdad la verdad? lo que más me gusta son los regalos y… suena el timbre ¡bien! debe ser alguna de mis amigas. No, es un compañero que trae un regalo chiquito. ¡Timbre otra vez! Otro varón ufa. Pasá que recién llegó Fernando. ¡Otra vez timbre! Mi mamá abre y voy corriendo. Por suerte son mis amigas y ¡cuatro juntas! Pero falta Viviana, mi mejor amiga. Timbre y teléfono, todo junto, mejor atiendo el teléfono porque está más cerca. Es Viviana. ¿A qué hora vendrá? Pregunta mi mamá. Los chicos gritan y corretean en el patio, ya quiero ir a jugar con ellos. Má, Viviana no vendrá porque no compró un regalo. Andá al patio vos… Querido, andá a buscar a la compañerita de la nena, mirala vos a esta chica pretenciosa.

Vale, esperá que tengo señal de llamada, te corto te corto, en dos minutos te llamo, dale. Paaaaaula menos mal que me llamaste porque tengo que contarte algo. ¡Justo en mi cumpleaños viene a pasarme esto! Es de no creer Pau… no no no, esperá que te cuento yo primero. Y ni se te ocurra contarle a nadie, eh? Recién hablé con Valeria pero a ella nada, eh? Te acordás de Matías ese chico que me avanzó en los quince de Mercedes? Ni te imaginás lo que me pasó en la plaza esta mañana a la salida del cole. Tengo señal de llamada Pau, te corto te corto, en dos minutos te llamo. ¿Hola? … Fraaaanco … sí, hoy salimos, estoy arreglando con las chicas, te llamo en un rato … bueno … bai bai. Hola Valeria, mirá, te llamo antes que se entere Paula y te cuento… Jurame que no le vas a contar a nadie, si? Te acordás de Matías ese chico que me avanzó en los quince de Mercedes? Pero jurame que no se lo contás a Paula porque ésa va y se lo cuenta a todo el mundo. Bueno, resulta que hoy estaba en la plaza y… Tengo señal de llamada, te corto te corto Vale, te llamo en dos minutos, dale. Hola Paula justo te estaba por llamar, era Franco, el tipo se puso repesado y no cortaba por nada. Dale… te cuento lo de Matías porque no lo podía cre-er Pau, pero jurame que no lo vas a contar y menos a Valeria que se lo cuenta a todo el mundo … Ufa Pau ¿justo ahora está entrando tu viejo? Te lo cuento después … sí sí ya cortamos. Nos encontramos en casa de Jimena a la una y de ahí vamos todas juntas. ¡¡Vamos a festejar mi cumple con todo!! Tengo señal de llamada, Paula, te corto te corto. Ahhh Pau, ¿qué te vas a poner esta noche?

Los días se deslizan en silencio, los años caen sobre mis hombros, mi vida transita sin sosiego, el tedio me arrastra, el trabajo me resulta insoportable. Mis estudios quedaron relegados, mis sueños se disolvieron, mis ilusiones se esfumaron, mis proyectos se perdieron.
Cada año, este día tan especial se va calcando sobre el anterior. Otro año similar, otro año sin brillo, otro año sin sueños ni deseos ni planes ni esperanzas. Otro año tan sólo para probar que el tiempo transcurre inexorablemente, para recibir en mi cuerpo y en mi cara y en mi alma y en mi vida misma, todas las frustraciones. Hoy festejo (¿festejo?) un nuevo cumpleaños de la misma manera que desde hace tantísimos (ni sé cuántos) años atrás: sin sorpresas ni alegrías, sin expectativas ni emociones, sin ruidos ni visitas, sin torta siquiera. ¿Para comerla los dos solos? Pregunta siempre él. Sí, para comerla los dos solos, para comerla al día siguiente, para recordar momentos agradables del pasado, para tener unos minutos de magia. Al menos unos minutos de magia… No te preocupes, no compremos una torta, no seré yo quien realice gastos superfluos en casa. Recuerdo con cuánto esmero preparaban mis padres cada fiesta de cumpleaños.
Recuerdo con cuánta ansiedad esperaba ese día que se escurría entre juegos, globos, corridas, piñata, gritos, regalos, peleas y la torta. La torta. Yo deseaba soplar las velitas al comienzo de la fiesta; sin embargo la torta siempre quedaba para el final, cuando muchos timbres habían interrumpido y muchos chicos se habían retirado de la mano de sus padres. Yo esperaba la torta: el momento en que apagaban las luces y ese misterioso movimiento en la cocina aumentaba mi ansiedad. Desde el equipo de música brotaban aullidos acompañados por la melodía del “Feliz Cumpleaños” y mi mamá ignoraba mis ruegos para evitar escuchar ese cassette ridículo que me había regalado no sé qué tío.
Viene a mi mente un cumpleaños de aquellos que me engrandecían. Habré cumplido seis o siete… no recuerdo con certeza… Una chica de la escuela, mi compañera de banco, me llamó por teléfono y me explicó que no podría venir a mi fiesta pues su mamá no le había podido comprar un regalo. Y me pareció lo más natural del mundo responderle que no viniera si no tenía un regalo para mí. Cuando le conté a mi mamá, ella se indignó y mandó a mi papá a buscarla. No recuerdo mucho más de esa anécdota, de esa actitud interesada de niña consentida. Sí recuerdo con claridad el rostro de la chica: rubia con su cabello corto, alta y delgada, su cara pálida y llena de pecas; su nombre era Viviana… Pero ni siquiera sé si lloró al hablar conmigo por teléfono. Luego comprendí que era de condición humilde; antes sólo veía su guardapolvo amarillento, no tenía tantos juguetes ni ropa nueva, vivía en una casa pequeña y sin patio, sus padres no tenían auto y nunca le festejaban los cumpleaños. Ella no tenía las cosas que teníamos los otros chicos y nunca supe si eso le molestaba, nunca le pregunté nada porque yo no sabía nada acerca de esa diferencia. Ella fue, simplemente, mi mejor amiga durante esos primeros años de escuela.
Recién terminamos de cenar, mi pareja se fue al dormitorio a mirar algún partido de fútbol y yo disfruto la soledad de la sala. El sillón me abraza con calidez, la música suave me envuelve, la copa se calienta en mi mano, el color del líquido me atrae, el aroma del vino me embriaga, la penumbra me permite flotar y volar lejos de aquí.
Viviana… donde quiera que estés… en este cumpleaños levanto mi copa por vos. ¿Serás feliz? ¿Tendrás una torta en cada cumpleaños?



Mayo 2006

Publicado en la revista literaria con voz propia nº 2
©Analía Pascaner
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14 comentarios:

  1. Querida Analía, la realidad del momento está bien representada, en la vida se dilapidan imágenes que reaparecen en el tiempo como resumen de vivencias.
    Julio R. Hernández

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  2. Aprecio y agradezco tu comentario, Julio, y valoro tu interés y el tiempo tomado para leer todos mis cuentos y relatos. Muchas gracias.
    Un cariño
    Analía

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  3. Hola Analía me gustaría participar en tu página con un par de poemas de mi autoria. Podrías indicarme como hacerlo? Gracias, Nubia.

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  4. Estimada Nubia:
    Muchas gracias por tu interés para colaborar con la revista literaria.
    Sería mejor si escribieras a mi casilla de correo, pues yo no tengo otro modo de contactarme con vos.
    Un saludo cordial
    Analía

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  5. Analía, me pasé toda la tarde leyendo tus cuentos, uno mejor que otro, me atraparon, te felicito, tenés un igenio mental tan habilidoso, que te felicito.´ Además tu blog me atrae, podría colaborar con algunas poesías y cuentos..? Sería una inmensa satisfacción el poder hacerlo, espero tus noticias, te dejo mi email, para que me contestes..Te felicito..Margarita margaritadimartino@hotmail.com

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  6. Querida Margarita:
    Muy agradecida por tus generosas y elogiosas palabras respecto a mis escritos.
    Muchas gracias por el tiempo que ocupaste para leer mis cuentos.
    Recién respondí por mail a tu inquietud acerca de colaborar.
    Recibí mi cariño
    Analía

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  7. Analía:
    Estuve paseando por "con voz propia", me desayune con muy buena poesia de escritores amigos y con otros no conocido.
    Que buen trabajo realizas en la divulgación de la poesía y nuestros hermanos de letras.
    Abrazos a la distancia querida amiga.
    Lo unico que lamento es no haberme encontrado pero ya habrá oportunidad.
    siempre es bueno colaborar el uno con el otro para ser más.

    SANTOAMOR

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  8. Gracias Santoamor por tus conceptos y por tu tiempo para leer la revista literaria con voz propia.
    Un saludo cordial
    Analía

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  9. Alfredo:
    Muchas gracias por tus elogiosos conceptos respecto a mi escritura, valoro tus palabras.
    Mi abrazo y mis mejores deseos

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  10. Hermoso y fresco relato Analía, tal vez, los cumpleaños tampoco sean mi fuerte Eramos muchos hermanos y si festejaramos tendrían los doce meses para hacer uno por uno y entonces nos aburría, preferíamos salir a juegar a la pelota o juegos de niños, adolescentes y luego adultos. Solo recuero las tortas de mi esposa e hijos pero sigo sin esperar esas fechas. En fin, los cumpleaños son algo muy personal como en el caso relatado.... que trajo a su mejor amiga para brindar en silencio y soledad. Pero es una buena manera
    Felicitaciones

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    1. Muchas gracias, Gustavo, valoro tu lectura y tus apreciaciones respecto a mi cuento. Considero que los textos que leemos nos despiertan historias personales, gracias por los recuerdos que traes aquí.
      Mi abrazo y mis mejores deseos

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  11. Mi querida Analía, he pasado por allí... y me quedé.
    Son tantas historias, fotos, citas de autores que amo. ¡Qué aún estoy!
    Y tu relato tan tierno, me encantó. Hasta creo que he saboreado el pastel de de esa niña, qué cumplió seis añitos.
    ¡Gracias por este número aniversario!
    Donde hay material para disfrutar y releer.
    Gracias, por haber elegido un sendero de tanto amor y entrega, que nos llega cómo un regalo para el alma.
    Un abrazo amiga entrañable

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    1. Querida Beatriz:
      Muchas gracias por tus conceptos elogiosos respecto a la revista con voz propia. Muchas gracias por tu lectura y tus palabras generosas respecto a mi cuento. Miles de gracias!
      Muchos cariños y mis mejores deseos

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Muchas gracias por detenerte a leer mis palabras.
Deseo hayas disfrutado de mis cuentos y relatos.
Un saludo cordial
Analía