La noticia

Decidí no hablar con mis amigas. Acaso… ¿soluciono algo con comentarlo? Ayer me enteré y guardé la noticia muy dentro mío. Cada palabra me envolvió de tristeza y quitó los colores a mis diminutos pétalos. No… ¿para qué decirlo ahora? Mejor callo, prefiero verlas felices.
El sol baña todo el jardín en esta mañana fresca. Mis amigas ya están jugando con el viento: los alelíes de la parte más baja del tallo se ponen firmes para que los más altos se hamaquen con la brisa y hagan cosquillas a las rosas. ¡Y se divierten tanto cuando las hacen enojar!
Y las rosas… dueñas absolutas del jardín. Siempre orondas, nos miran desde arriba, se jactan que a ellas sí las cuidan, las acarician con amor, las protegen con veneno, sienten su aroma, las podan meticulosamente, las observan a diario, cortan algunos pimpollos para lucirlos sobre la mesa del comedor.
En cambio a nosotras… si a veces creo que ni siquiera saben que existimos. Nosotras somos insignificantes para la señora Emilia, quien siempre expresa: “Menos mal que el tallo es largo y hay varios alelíes, pues uno solo no vale nada”. A pesar de sus crueles palabras, yo siento que valgo mucho, lo mismo cada una de mis amigas. Sin embargo ayer comprobé que la señora sabe muy bien que existimos, tanto lo sabe que ya no existiremos más.
Ayer la noticia me destrozó el corazón, me arrancó las ilusiones de crecer frente a las margaritas, quienes siempre se inclinan hacia nosotras con gesto amable, nos muestran su radiante corazón amarillo y nos saludan con sus finos pétalos. Ya no creceremos junto al lapacho, cuya sombra nos mantiene a salvo del lacerante sol y cuyas flores nos sonríen hacia fines de cada invierno.
-Dale, Lely ¡ponete a jugar con nosotras! Hoy las rosas se están enojando más que nunca. Jajaja. Dale… vení… apurate…
Hoy no tengo deseos de jugar con el viento. Hoy estoy somnolienta. Anoche la luna acompañó mi angustioso desvelo. Miraba descansar a mis amigas y pensaba la mejor forma de contarles la noticia sin que sufrieran, en especial las flores más jóvenes. Ellas no entienden bien… las más viejas sabemos que algún día nos podarán o nos desprenderemos del tallo, pero nos vamos con el regocijo de saber que otras flores más sanas y más fuertes nos reemplazarán. Sin embargo ya no habrá alelíes sanos y fuertes en el futuro, ya no habrá alelíes siquiera.
Ayer al atardecer, cuando mis amigas se saludaban antes de irse a reposar, escuché al jardinero preguntarle a la señora Emilia si estaba segura que quería sacar las plantas de alelíes de raíz. En ese momento cerré mis ojos deseando escuchar un “no”, y la señora Emilia fue terminante al responder:
-Deje solamente las rosas, don Ramón, saque todos los alelíes del jardín el próximo sábado.
Miré a todas mis amigas, algunas ya dormían, otras, perezosas, se secaban las gotas de la lluvia del regador, otras secreteaban, ninguna pareció escuchar nada. Durante la noche, observando a una por una de ellas, recordé en silencio cada momento compartido, cada juego inventado, cada votación para decidir a quién le tocaba hacer cosquillas a las rosas. Anoche la luna me acompañó en el recuerdo de mi vida junto a ellas.
No… hoy prefiero no comentar nada a mis amigas. Prefiero observar cómo se divierten con la brisa y las rosas, permitiendo que el viento las mueva de aquí hacia allá constantemente, escuchando sus risas alegres y despreocupadas.
Hoy no tengo deseos de jugar. Hoy estoy somnolienta. Una extraña fuerza me retiene inmóvil. Mis pétalos ceden lentamente al sueño. Quién sabe si volveré a abrirlos alguna otra vez…
¿Ya será sábado?



©Analía Pascaner

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6 comentarios:

  1. Analía:¡qué ternura y cuánto dolor el de las flores!Ingresaste en la magia del espíritu de las flores y me hiciste sufrir ese "genocidio" que en tu cuento nos llega con el dolor de las flores arrancadas de raíz. Una hermosísima narración.Para sentirla.Besos Irene Marks

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  2. Mi querida Irene:
    Muy agradecida por tus conceptos y especialmente aprecio tu tiempo para leerme.
    Me agrada saber que sentiste el texto, gracias por expresarlo.
    Mi abrazo y mis buenos deseos para vos y toda tu querida gente.
    Analía

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  3. Querida Analía:
    gracias por tu cometario en mi blog... Es un honor para mi tu visita amiga.
    felicitaciones por tu blog personal, el cual es excelente!!!!
    Continua llenandonos de luz nuestras vidas.
    Besos

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  4. Muchas gracias por tu comentario, querida Very.
    Mi abrazo
    Analía

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  5. Querida Analía: Este relato me llenó el alma de aromas y de la frescura de los flores.
    ¡ Magnífica manera de describirlas y relacionarte con ellas!
    Te felicito!
    Un beso de luz
    Xenia

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  6. Muchas gracias por tus conceptos y alentadoras palabras, querida Xenia. Me da gusto saber que disfrutaste de este cuento.
    Gracias por leer mis escritos.
    Mi cariño y mis mejores deseos, que tus días transcurran en armonía y paz.
    Analía

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Muchas gracias por detenerte a leer mis palabras.
Deseo hayas disfrutado de mis cuentos y relatos.
Un saludo cordial
Analía